El gobierno de nuestra ciudad ICV-EUiA-ISF-CiU ha perdido una gran
oportunidad de acercarse, solidariamente, a los problemas que son muchos y
graves de las ciudadanas y ciudadanos de nuestra ciudad. Por el contrario, sigue imparable, alejándose cada vez más, subiendo las
tasas, los impuestos y en especial el IBI, en un afán recaudatorio, muy
parecido a la forma de gestionar una
entidad bancaria.
No son unos presupuestos que encajen con la pretendida o supuesta
preocupación de justicia social, que en teoría define a un partido como ICV-EUiA.
Tampoco encajan con las repetidas quejas de ISF (Independents per Sant Feliu)
por la subida del IBI, tasas y nuevos impuestos.
Lo cierto es que pagaremos más por menos servicios por mucho que pretendan
maquillarlos con un baile de cifras, datos y unos cortos planes de ocupación
local.
Quizás tenga que ver con que la administración de nuestra ciudad está en
manos de CiU. Teniendo en cuenta este dato se entiende mucho mejor la política
presupuestaria de nuestro Ayuntamiento. Le está saliendo muy caro el pacto de
gobierno con CiU, que puso en la alcaldía de nuestra ciudad al Sr. San José.
Ahora es el momento de reajustar gastos en cargos directivos y de confianza
y en las dedicaciones en exclusiva de nuestro gobierno; reducir el 15% el valor
catastral y así poder reajustar a la baja el IBI, quitar la tasa de tenencia de
animales y el copago por la teleasistencia.
Es el momento de tener un Plan de Emergencia Social, con planes de
ocupación serios, ayudas a las familias, con más bonificaciones y becas comedor
y el impulso del comerció con apertura instantánea y rebaja en las tasas.
No podemos olvidar que nuestro Ayuntamiento, gobierne quien gobierne, está
al servicio del conjunto de ciudadanas y ciudadanos, y la herramienta para dar
respuesta a las necesidades de todos ellos es el presupuesto anual, que no es
más que la gestión y administración de nuestros impuestos.
No es ni ético ni moral exprimir a los ciudadanos y cerrar el 2012, en un
contexto de grave crisis económica, con más de 2,5 millones de euros de
superávit. Cualquier excusa para intentar justificarlo, no es más que un
ejercicio de cinismo institucional.