Ha pasado un año desde que Sant Feliu dejó de estar gobernada por un
gobierno que se dedicó de lleno a nuestra ciudad y la transformó urbanísticamente
en equipamientos educativos, culturales, deportivos y sociales, donde se
han modernizado y convertido en el Sant Feliu del que hoy todos nos sentimos
orgullosos.
A lo largo de este año hemos podido ver los frutos del pacto de gobierno
ICV-CiU. Cierre del ejercicio 2011 con más de 350.000 euros de déficit y unos
presupuestos para el 2012 que lo recortan todo, excepto las subidas salariales
de los cargos electos, que suben en su totalidad más de 80.000 euros anuales más
que el anterior equipo de gobierno.
También las contrataciones de cargos de confianza innecesarias
como el de Protocolo y Relaciones Institucionales, que le cuesta a la ciudad
más de 50.000 euros anuales, por no entrar en decisiones precipitadas y a todas
luces erróneas en la actual situación económica, como el decreto del alcalde
para indemnizar a un antiguo funcionario del ayuntamiento en más de 55.000
euros, sin ir a juicio, por no haber aceptado la decisión del mencionado funcionario
de seguir trabajando una vez jubilado hasta los 70 años.
Este equipo de gobierno también ve innecesario pedir estudios e informes a
los profesionales del Ayuntamiento, con el consiguiente ahorro económico que
eso significa. Prefiere encargar estudios para tomar decisiones sobre la
escuela de música municipal, que nos cuesta a todos 22.000€, o el Torrent del
Duc i el planeamiento del soterramiento, que nos cuesta otros 22.000€, que
elaborará la UPC.
De la misma manera que pedimos a nuestros gobernantes en la Generalitat y
en el Gobierno del Estado que la crisis económica no se convierta en políticas
lesivas para el conjunto de los ciudadanos, más allá de lo estrictamente
necesario para la superación lo antes posible de esta terrible crisis.
Creo que nuestros gobernantes locales, y por tanto el Ayuntamiento, no se
puede amparar en la excusa de la crisis para recortar servicios y ayudas
sociales, o subir un 14% las “Escoles Bressol Municipals” sin intentar por
todos los medios a su alcance minimizar sus efectos, empezando por
la solidaridad representada por el recorte del gasto salarial de cargos electos
y la no contratación de una abultada nómina de cargos de confianza, directivos
y personal laboral sin proceso de selección alguno, que representa además una falta
de confianza en los profesionales de nuestro ayuntamiento, que permitiría
invertir muchos miles de euros anuales en políticas sociales, planes de
ocupación locales y políticas de reactivación del comercio.
Este gobierno se ha dedicado en el primer año ha crear un sinfín de Consells
Sectorials más de los que ya había. No por crear más, se es más efectivo, ni
más transparente, ni más participativo.
En mayo ya se ha cumplido un año en que el ayuntamiento no convoca ninguna
reunión sobre la crisis. Seguramente creen que en nuestra ciudad no existe
crisis alguna.
Han anulado la mesa Cívica, que funcionaba correctamente como se ha
demostrado desde 2009, cuya función crear una partidas extraordinarias para
ayudar a nuestros ciudadanos, en la que participaban y formaban parte todas las
entidades sociales como Caritas, Cruz Roja, Voluntariado, Ampas de las escuelas,
Asociaciones de vecinos, sindicatos, el Observatorio del paro, Síndic de
Greuges municipal y los diferentes concejales, y fue modelo para otros
Ayuntamientos y para el Sindic de Greuges municipal y el de Cataluña. Pero a ICV
i CiU la MESA CIVICA no la han considerado necesaria. Que error.
Ahora este gobierno que acepta lo que cuando estaba en la oposición
criticaba, se anula a sí mismo al estar formado por dos fuerzas políticas que
emplean su energía en direcciones opuestas, a la vez que juegan a la política
del olvido, dejando de inaugurar los equipamientos que el PSC dejó listos y a
punto, como el Centro Cívico de Mas Lluí, l’Escola Bressol Fábregas, en el
barrio de La Salud, l’Escola Taller Xamfrà Sant Miquel, último edificio de
educación especial de los ya construidos en estos últimos 4 años como l’escola
Tramuntana , el Taller Ocupacional Marquet Molins y l’Espai la
Residencia de Mas Lluí.
Hablemos del comercio ¿Qué decisiones se han tomado para su
reactivación? Ninguna.
No hay fórmulas mágicas, pero de eso a no hacer nada, lo que hay de por
medio es la carencia total de ideas y falta de iniciativa. Falta una política
decidida en defensa y apoyo del tejido comercial de nuestra ciudad. Difícil en
la actual situación, pero creo que es más positivo sentirse apoyado que
abandonado.
A estas alturas de la crisis, desde el comercio no se esperan milagros,
pero sí una especial atención a uno de los motores de nuestra reactivación
económica.
Un año de mandato que tiene a la ciudad paralizada y sin rumbo.
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